Realizar el Camino de Santiago puede ser un acto de fe para aquellos de inclinaciones religiosas, y una
forma de meditación profunda para quienes no lo son.
El "CAMINO"es también una manera de hacer examen de conciencia, de buscar en nuestro interior para
conocernos mejor y al mismo tiempo conocer a los otros. Y para ello no es necesario ser creyente o
religioso. Puede recorrerse a pie, en bicicleta, a caballo e incluso en coche, y en la actualidad, hasta en
velero.
Las opciones son variadas y ofrecen a los peregrinos diversas formas de experimentar el CAMINO DE
SANTIAGO, que en última instancia busca regenerar la mente. Caminar sin prisas, explorando cada
centímetro de terreno, dejando huellas en la tierra, respirando aire puro y revitalizando los sentidos con
el aroma de las flores, el olor de la tierra mojada y el perfume del mar. Es una experiencia única que
renueva el espíritu y fortalece el cuerpo, un viaje que trasciende las creencias y las fronteras para
conectarnos con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea.
Esta edición está dedicada al Camino Portugués de la Costa. La ruta tiene su inicio en la ciudad de Oporto,
extendiéndose a través de localidades como San Pedro de Rates, Barcelos, Ponte de Lima y Valença do Miño, la pintoresca urbe fronteriza que conecta Portugal con España. Al cruzar el río Miño mediante el puente internacional, los peregrinos llegan a Tui, ya en territorio español. Desde Tui, el trayecto se extiende hacia el Monte de Santa Trega y A Guarda, culminando en el Monasterio de Oía y Bayona. La ruta prosigue, abarcando el Castillo de Sotomayor, Pontevedra, el Parque Nacional Río Barosa, Caldas de Reís, Padrón y, finalmente, Santiago de Compostela.
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